Este fin de semana se ha celebrado el Gran Premio de Europa de F1, en un circuito urbano por la zona portuaria de Valencia. Todo muy elegante, y muy fashion.
Las pegas vienen cuando se pasea un poquito por la zona del circuíto. A unos 400 metros del trazado encontramos una zona bastante degradada, con viviendas muy antiguas, algunas en mal estado, y trapicheos en plena calle. El instituto de la zona, funciona con barracones de obra.
En resumen, que parece algo obsceno gastarse la burrada de millones que cuesta el circuito (y la más grande aun burrada de millones que costó organizar la Copa del América en el mismo lugar) mientras el mismo barrio sufre una desinversión tan evidente.
Y, menos importante pero también muy curioso, resulta cuando empezamos a tener en cuenta el agravio comparativo. Hace aproximadamente 5 años, en Bilbao también se pretendía organizar una carrera de F1. Al cursar la solicitud, todo fueron pegas: se decía que los circuítos urbanos son extremadamente peligrosos, que se estaban intentando eliminar todos, y que solo se mantenía el de Mónaco, por tradición (finalmente se dió la opción de una carrera de F3000, con parecidos gastos pero muchos menores beneficios. Sólo se hizo un año, y se cambió por los festivales musicales de Kobetas). Pero claro, lo bonito de las reglas es poder saltárselas para los amiguetes, y como el jefazo de la F1 es amiguete del presidente de la Comunidad Valenciana, como bien recordó en las últimas elecciones autonómicas, pues en el caso de Valencia los circuitos urbanos dejan de ser peligrosos, y de estar en vías de extinción.
Yo no veo por donde cogerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario