El año pasado también comenzamos en tren el viaje de la luna de miel. Bilbao - Barcelona, en Preferente. Se acabo la miseria, que la luna de miel solo se hace una vez en la vida :) La lástima es que el tren que hacía entonces Bilbao - Barcelona era el vetusto y venerable Talgo III; un modelo de tren que empezó a funcionar hace 45 años, y que aun sigue, entre crujidos y rozamientos, arrastrandose por las vías, gracias, principalmente, al buen hacer de los mecánicos de Talgo.
Despues de aquel largo viaje de nueve horas en tan vetusto tren, - que hace ya tiempo que está pidiendo a gritos una feliz jubilación, siendo preservado por alguna asociación o entidad, que le permita hacer paseos de vez en cuando para lucirse, pero sin obligarle a cruzar España de punta a punta a diario - me hice solemne promesa de no volver a usarlo para un viaje tan largo, de tan machacadas que quedaron mis lumbares. Mi idea era cogerlo, sólamente, para una merecida despedida, Bilbao - Miranda, por ejemplo. Pero, sin embargo, finalmente la "casualidad" (no creo en las casualidades) ha querido que vayamos a Zaragoza de vacaciones a ver la Expo, y que nuestro venerable Talgo III sea la mejor opción de transporte ferroviario.
Si la sabiduria popular lo dice muy bien:
Nunca digas "de este agua no beberé".
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