Hay veces en la vida en que tocan hacer cosas que preferiríamos no hacer, aunque no tengamos más remedio. Evidentemente, que, precisamente por ello, se acaban haciendo, pero la sensación es muy desagradable.
Una de las asociaciones a las que pertenezco y que, como ya comenté, he dejado apartadas por trabajo, tiene hoy una actividad importante. Con la peculiaridad de que me toca encargarme de la parte técnica, de la misma forma que me he estado encargando estos últimos años.
Sinceramente, preferiría no hacerlo. Lo primero, porque, como ya he dicho, por trabajo he tenido que optar por separarme de este tipo de actos. Y, lo segundo, porque después de una serie de decisiones que la junta directiva llevó a tomar a la asamblea, con las que no estoy de acuerdo (y creo que los estatutos de la asociación tampoco, pero no se dignan facilitármelos), no me siento a gusto estando allí, y menos ejerciendo un puesto de "responsabilidad". Lo que el cuerpo me pide hacer es decir "ahí os compongais". Hace semanas que estoy diciendo que era necesario formar a alguien para hacer este trabajo, por si acaso yo, por lo que sea, no pudiera. Pero no se han molestado en ello.
Ahora mismo, sigo estando enfermo, y, para más inri, deseando no hacerlo. Pero como no han preparado a nadie más para que lo haga, pues ahora mismo la presión familiar que tengo para superar el asco que me doy, y no darles una lección (que realmente sería algo, si no grave, sí bastante serio para el devenir futuro de la asociación) es grande. Tan grande que no tengo alternativa: voy a ir y lo voy a hacer.
Me siento sucio por ello, y por la sensación de haber fallado a quienes, afectados directamente por aquellas decisiones incorrectas, están de acuerdo conmigo en que la asociación (su junta directiva en concreto) se merece una lección, un poquito de su propia medicina, un grave revés de gestión producido por aquellas deciciones incorrectas. Querría dejarles tirados hoy, pero no soy capaz. Me siento muy mal por no hacerlo, y he de pedir disculpas a quienes contaban con que sí lo haría. Pero creo que a la larga, me sentiría aun peor al contrario.
A veces, las opciones que tenemos ahcen que, hagamos lo que hagamos, acabemos sintiendonos mal. Sintiendonos sucios.
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