El horario empezaba a las 8:30. Curiosamente, a las 9:20 todavía no había nadie por allí, estando la oficina cerrada.
Segundo intento, a las 10:15. La chica que está cara al público ya ha llegado, y atiende a una señora con peticiones increibles (y, a mi entender un poco abusivas, dado que haía pedido cita para uno y llevaba los pedidos de 4 personas... pero seguro que de ese tipo de gente hablaré otro día).
La chica, viendo que empezabamos a ser unos cuantos los que esperábamos, pregunta si todos estábamos para lo mismo que la señora. Aparentemente, yo era el único que estaba para otra cosa:
"Mira, yo es que he tenido este problema, y me han dicho que venga aquí"
"Ay, es que el chico que lleva eso no está"
"Vaya, y tendré que esperarle mucho?"
"Es que está de vacaciones"
"Y cuando vuelve de vacaciones?"
"Dentro de dos semanas"
"Pues ya volveré dentro de dos semanas, porque no se puede hacer otra cosa, verdad?"
"La verdad es que no, porque yo no puedo hacerte esto. Ya lo siento"
"Nada, hija, ni que fuera culpa tuya..."
Y es que no es culpa de ella. Tal vez sí lo sea del departamento correspondiente de la administración, que no se ha encargado de formar a un sustituto para el chico que hacía lo mío, cuando, como es su derecho, se va de vacaciones.
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