San Andrés en Castro Urdiales

Anoche celebramos la fiesta de San Andrés en Castro. En parte, siguiendo lo que manda la costumbre: comimos caracoles (la otra parte fue más complicada, no está el presupuesto familiar como para besugo). Por cierto, que cómo se han puesto los caracoles... 15 euracos la ración... a este paso va a salir más barato pasarse al besugo...

Aparte de los caracoles, desde hace muchos años San Andrés se ha convertido en una noche de fiesta muy agradable. En teoría menos importante que la "Semana Grande" que culmina con el Coso Blanco, en la práctica este está tan masificado que, para tener una fiesta agradable, con gente, ambientillo, pero sin agobios... merece la pena esperar a finales de Noviembre. A mi, desde luego, salir anoche después de un mes me ha hecho mucho bien.

Otoño

Desde la A-68 (evidentemente cuando no es uno mismo el que conduce) se pueden sacar fotos muy chulas de paisajes otoñales, riojano-alaveses.

Antiguo y nuevo

A partir del día 14 vamos a tener en Bilbao, para ir hasta Barcelona, el modelo de tren más antiguo de renfe, conviviendo con uno de los más moderno: El vetusto y veterano Talgo III por la mañana, el moderno Alvia 120 por la tarde (yendo a Barcelona por la linea de Alta Velocidad desde Zaragoza).

El Talgo III, que empezó su servicio en el año 64, se recorre todos los días un montón de kilómetros, desde Salamanca, Bilbao y Hendaya hasta Barcelona y viceversa. El pobre, está ya raído, y se le notan los años. Está ya pidiendo la jubilación, un alegre retiro custodiado por museos y asociaciones, haciendo exclusivamente algún viaje ocasional. Sin embargo, a la hora de sustituir un tren para dar el nuevo servicio Alvia, renfe ha sustituido el nocturno, con lo cual nuestro avejentado compañero de fatigas el Talgo III va a llegar a 2009 dando servicio. Agotado, pero dando servicio. 45 años de vida. Ójala los modernos Alvia lleguen a esa edad, y puedan aun funcionar.

Desde un punto de vista menos emocional, decir que el nuevo tren va a recortarle 4 horas al nocturno al que dice sustituir, y 3 al 'honorable' Talgo III. Pero, sobre todo, va a contribuir a que, poco a poco, en Bilbao se vaya modernizando un poco la imagen que tenemos del ferrocarril.

Fotos de homenaje:

Número 100

Cuando empecé con el Blog, no sabía si iba a ser posible tener algo que contar cada día. Muchas ideas me daban vueltas, siempre, en la cabeza, pero muchas veces eran tan repetitivas... y, sobre todo, tan poco interesantes...

A pesar de todo, plasmarlas me esta sirviendo. Y parece mentira, pero ya son 100 entradas. Y no parece que se estén acabando aun los temas. Aunque siguen siendo poco interesantes, muchas veces, más allá del mero archivo personal.

También, reconozco, está siendo muy interesante la faceta de comunicación con los amigos. Y lo interesante que ha resultado combinar el blog con facebook. Puede decirse que en estos meses he aprendido cosas. Y pretendo seguir haciendolo, mientras no falte el tiempo o las ideas.

Viajes "de placer" que tengo pendientes

A Málaga, a conocer, por fin, a Currito.
A Baleares, a pasar unos días con la familia.
A Zaragoza y/o Tarragona, para estar con amigos que nos apoyan, y probar los nuevos Alvia (prometo hablar de ellos pronto)
A Madrid, organizativo.
A Santiago... andando, a agradecer al Apostol que finalmente lo de la jefa haya sido menos serio de lo que podría haber sido (antes, pasaremos por Begoña y por Deusto para lo mismo)
A Leon... algún día.

Y otros que se han ido planificando y posponiendo, y pueden seguir posponiendose:

Extremadura
Paris
Praga

Aunque me temo que ninguno de ellos va a poder ser en un tiempito... :(

Vivir en un pueblo

Cuando se vive en un pueblo pequeño, se sabe que va a haber un déficit en los servicios, que no pueden ser los mismos que en la capital, pero también que no se va a dar el efecto de "estoy rodeado de gene pero solo" que a veces llaman la soledad de las masas. La gente se preocupa por ti, para lo bueno, y para lo menos bueno.

Lo menos bueno (y no lo califico de malo porque no es para tanto, en ocasiones es hasta divertido) es la pérdida de intimidad. Mientras que en la capital a todo el mundo se la pela lo que hagas, en el pueblo la gente te mira con interés. Al principio cuesta acostumbrarse, pero no es malo, lleva a situaciones entretenidas. Como el día que nos adjudicaron dos hijos estando de compras ("un niño rubio y una niña morena"), o el día, volviendo de VLC, en que a la jefa le adjudicaban, ora un infarto, ora un aborto.

Lo bueno es que, al tener la gente tan cerca, están ahí para ayudar cuando es necsario. Ayer, en la gasolinera, despues de repostarme, me dijeron:
"Y ahora, vete para casita, eh?"
"Pues?"
"Han estado aqui los de protección civil, y viene una granizada enorme"
Anda que me iban a avisar así en la capital...

Efectos de borde

La normativa no está diseñada para situaciones límite. Cuando se juntán un cúmulo de circunstancias... bufff...

Por ejemplo: quienes vivimos en un pueblo, tenemos un acceso limitado al ambulatorio, porque tieneun horario muy corto. Para los casos urgentes fuera de horario, tenemos una cadena de sustituciones, que es diferente a cada hora. Para los análisis de sangre, un mensajero del hospital pasa por nuestro ambulatorio de mañana, recoge las mustras, y manda de vuelta los resultados (por fax) a mediodía. Lo mismo para la farmacia: si por lo que sea, fuera necesario algún medicamento que no tienen, se les encarga por la mañana, y lo reciben par la tarde. En principio, parece que está todo bien servido... y así es.

Salvo cuando se acumulan las circunstancias. Se hace el análisis de sangre a la mañana, llega el resultado a las 2 de la tarde, y es negativo: hay que seguir con la medicación. La farmacia está ya cerrada. Cuando abre a la tarde, si hacemos el pedido, ya no llega en el de la tarde: llega al día siguiente. Y entonces?

Las dos veces que me ha pasado esto, o parecido, me he dedicado a echar un ojo a la web oficial del colegio de farmaceúticos, y llamar, farmacia a farmacia, hasta encontrar una que pudiera proveernos... o, más exactamente, una que tuviera pedido más tardío, y al que llegaramos a tiempo.

La pregunta es... y si no se encuentra? Si necesito una medicación y la logística hace imposible conseguirla? Evidentemente, lo pregunté en una de las farmacias. Para esos casos, hay un servicio específico en los ambulatorios / hospitales de urgencia.

ME alegro de no haber tenido que llegar hasta la última frontera.

cansancio psicológico

Anoche intenté explicárselo a mi padre, y creo que no me entendio. A ver si ahora me puedo explicarme mejor.

El cansancio físico y el psicológico no van necesariamente unidos. Un largo día de trabajo administrativo no cansa físicamente, porque al fin y al cabo se está casi siempre sentado. Pero psicológicamente es agotador. En sentido contrario, hacer el camino de santiago, físicamente es agotador, pero psicológocamente es muy renovador.

Para acabar con el cansancio físico, es suficiente con una larga noche de sueño renovador (es necesario que sea sueño renovador, porque tamben es posible dormir pero no descansar). Para acabar con el cansancio psicológico, hay que realizar alguna actividad que permita desconectar del todo. Fines de semana de viaje, senderismo, safari fotográfico ferroviario, o incluso una sesión de cervezas con los amigos. Todo esto vale para desconectar. Incluso hacer el camino de santiago.

Lo de valencia ha sido agotador, tanto física como psicológicamente. Físicamente estoy recuperado, gracias a unas cuantas noches de buen sueño. Pero psicológicamente, no consigo recuperarme. Con todo el trabajo atrasado, no he encontrado un rato para el senderismo o el safari. El viaje queda evidentemente descartado. Y las cervezas con los amigos, este fin de semana no ha podido ser, porque la gran mayoría estaban fuera. Aparte de que, insisto, me cuesta encontrar tiempo para cualquier cosa. Así que el cansancio psicológico no se me quita de encima. Espero que las tormas cambien pronto...

Seguridá Sosiá

Dícese de un famoso comic de "El Jueves", en el que Maikel nos desgrana las aventuras del Doctor Muñon, en un hospital.

Sobre el funcionamiento de los hospitales en Valencia (o, al menos, sobre el funcionamiento que a nosostros nos tocó sufir) ya he hablado la semana pasada, así que hoy me voy a centrar en el funcionamiento de otra parte de la seguridad social: la que se encarga de la gestión económico-administrativa de las bajas, las enfermedades, los subsidios, y demás fauna.

Me está tocando esta semana gestionar los papeles de la baja de la jefa, de forma que llevo ya dos visitas a la oficina provincial de la Seguridad Social.

En la primera, había una cola horrible, y, además, había que coger turno de una máquina automática, en la que había que elegir qué gestión se quería llevar a cabo. Como pasa casi siempre en estos casos, la que yo quería no era ninguna de las dos. Así que cogí la que más parecida se me antojó, y busqué algún sitio donde preguntar. En todas las mesas de atención había preciosos carteles "No pregunte directamente en las mesas. Coja un número". O sea, que, aparentemente, lo que me tocaba hacer era coger un número y esperar 20 minutos de cola solamente para saber si estaba en el lugar correcto. Lo cual me parece ridículo, y empecé a ponerme de mala hostia. Al lado de la puerta, había una mesa que estaba fuera del carrussel de la numeración, y junto a la maquinita de dar números. Vamos, con todo el aspecto de ser un mostrador de información. Solo que vacia: la señora que lo atendía, estaba fuera, de alegre charla con el personal de seguridad. Eso terminó de cabrearme, y creo que empecé a expresarlo en voz alta. Lo cual hizo que viniera la señora:

"Que pasa aquí"
"Que necesito que alguien me informe"
"Y ves que aquí ponga información?"
"No, pero no lo pone en ningún sitio"
"Tienes que coger un número"
"Tampoco hay posibilidad de elegir información en la máquina de números"
"Pues coge cualquiera"
"Me está diciendo que tengo que esperar 20 minutos solo para saber si estoy en la cola correcta?"
"A ver, qué quieres hacer?"

Por fin. Si la tiparraca esa hubiera estado en su mesa, y desde el principio me hubiera dicho "qué necesitas", nos habríamos evitado todo esto. Pero claro, eso le habría implicado hacer su trabajo, y le habría quitado de ponerse chula con el ciudadano. En fin... Después de 25 minutos de espera en la cola correcta, ya me dieron los papeles que encesitaba.

Alguien me dirá... "en esos casos hay que poner una reclamación, porque si no se creen que va todo bien". A lo que yo contesto: estoy allí haciendo unos papeles en mi horario de trabajo, porque no van a tener ellos unos horarios un poco adecuados, poner el personal exacto para hacerme perder 25 minutos solo esperando, he perdido 10 minutos más discutiendo con la lerda de la entrada, y encima tengo que perder otros 15 poniendoles una reclamación? Si yo dedico mi tiempo a que ellos puedan mejorar el servicio, que me paguen las horas de ingeniero. Pero bastante tiempo me han hecho perder ya, como para encima regalarles más.

La segunda visita, un viernes a última hora. El doble de ventanillas abiertas, el doble de personal trabajando... como se nota que no quieren que empiece tarde el fin de semana. En 5 minutos me han atendido. Que maravilla. Llego, entrego los papeles... y resulta que me falta un original de contrato (del que el día anterior sólo me habían pedido copia), y que un certificado que me ha hecho otra institución está mal hecho. "Oiga, que a mi me han dado esto" "Pues vaya y que le den otro bien hecho". Joder... qué culpa tengo yo? Por qué tengo que perder más horas de mi propio trabajo porque un gilipollas haya metido la pata?

Joder ya, que dificil es encontrar a alguien que haga bien su trabajo...

Hoy, 2 imágenes

Ya llega...

la Navidad... Felicidad!!!

O no... para mucha gente no es sinónimo de felicidad, sino de todo lo contrario. Por circunstancias personales diversas, o simplemente por el peñazo que es preparar comida o cena en casa para un montón de gente. O por tener que comprar lotería casi por narices, a ver si no si se va a forrar todo el mundo menos uno mismo.

Cómo sabemos que llega la navidad? Por dos síntomas principales: el primero, que en la tele se hace complicado ver un anuncio que no sea de juguetes (o de colonias... y porque aun es un poco pronto para los de turrones y bebidas espumosas). El segundo, que pueblos y ciudades se llenan de lucecitas, que pueden ir desde lo hortera y cutre hasta lo, en ocasiones, elegante.

Pero no es de la navidad de lo que quiero hablar hoy, sino del final del otoño y del principio del invierno.

Aunque casi todos los años cae al menos una nevada seria, el invierno en Bilbao es relativamente suave, que al fin y al cabo estamos cerca del mar. Pero en cuanto empezamos a entrar en los valles hacia el interior, la cosa se complica un poco. Alonsotegi, justo al principio del valle del Kadagua, tiene un clima algo más duro que el de la capital. Eso propicia que en invierno vemos nevar más a menudo (aunque luego también tengamos un deshielo que inunda el pueblo puntualmente todos los años):






(Por cierto, que estas fotos, de 2005, son ya imposibles hoy en día... la fisonomía de la plaza que se ve en ellas está totalmente cambiada).

Por último, una recomendación: para ver el paso del otoño con todos sus colores, al invierno con su manto blanco, es interesante cambiar de altura, en algún puerto de montaña. Recomiendo, en esta época del año, las estacas de Trueba, en su vertiente sur. Colores aun algo verdes en Espinosa, totalmente otoñales según se va subiendo, e invierno cerrado en lo alto del puerto.


Ver mapa más grande

A disfrutarla!!

A-68 vs AP-68

Entendamos la AP-68 como Autopista del Ebro, o Autopista Vasco-Aragonesa. Es decir, la Bilbao - Zaragoza, de toda la vida.

En algunos tramos, en paralelo, se está construyendo la Autovía del Ebro, A-68, como desdoblamiento de la N-232 (por cierto, que la diferencia entre ambas es que la primera es de peaje y la segunda no, sobre lo cual, como ya vimos, habría que hablar con más propiedad). La A-68, además, sigue más allá de Zaragoza paralela al cauce del Ebro, en dirección Castellón.

La reflexión llegó hace unas semanas, comentando con un amigo que vive en Zaragoza esta noticia del Heraldo: cómo el tramo navarro de la A-68 está completado, mientras que el aragones está estancado en su lado norte.

Por un lado, es evidente que esto sucede así porque en Navarra la competencia de carreteras está transferida, mientras que en Aragón no. Pero desarrollar esta idea puede llevar a terrenos algo pantanosos, de forma que no es este el sentido de mi reflexión.

A lo que voy es a otra cosa: no entiendo qué necesidad hay de construir una autovía A-68... cuando ya existe la AP-68 en paralelo, dando servicio exactamente a las mismas zonas. En el hipotético caso de que no se hubiera amortizado de manera privada (de forma que tendría que haber pasado a manos públicas hace tiempo, que se construyó a finales de los 70, hace ya unos 30 años, y se supone que la concesión era por tiempo limitado), ¿no sería más rentable a las instituciones 'rescatarla' para el uso público, mediante una expropiación, un justiprecio, o una aportación económica para la empresa concesionaria equivalente a la amortización restante? Más que nada, porque algún día, finalmente, la concesión terminará, y nos encontraremos con dos autopistas/autovías en paralelo, las dos sin peaje, en un sistema absurdamente sobredimensionado y abiertamente ineficaz.

Lo peor es que este no es el único caso. Aunque lo conozco peor, creo que el tierras catalanas se está construyendo (y avanza bastante rápido) la autovía A-2 casi paralela a la autopista AP-2... que también es más o menos de la misma época. Pronto nos aparecerá el mismo problema. o peor, porque, según me han contado, la A-2 tiene tan mal trazado que, cuando la AP-2 pierda su peaje, muy poca gente usará la autovía.

Dinero público desperdiciado. Como se nota que "tiran con pólvora de rey"...

De vuelta en casa

La jefa y yo ya estamos de vuelta en casa, tras un viaje en ambulancia de 700 km que se hizo de rogar. Ella aun no está recuperada del todo, aun tiene que seguir tratamiento médico, y aun no puede andar del todo, y sobre todo, aun queda mucho papeleo que hacer ahora que estamos de vuelta. Pero, para lo que podría haber sido, nos damos con un canto en los dientes, porque seguimos estando al pie del cañón, aunque sea de aquella maneras. Y, sobre todo, porque estamos de nuevo en casa, que estar hospitalizado a 700 km de la familia es particularmente duro.

Es posible que, poco a poco, vaya animándome a contar ciertas cosas de lo ocurrido, cuando necesite soltarlas. Mientras tanto, estaré unos días tratando temas más frívolos... tengo uno pensado sobre la A-68 desde hace tiempo... ;)

Ahora, principalmente para los que leeis el blog, y para los que seguis estas mismas lineas a través de facebook, el capítulo de agradecimientos. Van sin nombre porque no me quiero arriesgar a dejarme a nadie, así que es mejor que cada quien se reconozca.

· A quienes me acogieron en su casa y me dedicaron su tiempo estos días, por ayudarme a mantener la cordura.

· A quienes se desplazaron a Valencia desde Bilbao, Tarragona y Madrid, gracias, sobre todo en nombre de ella, que pudo tener una referencia conocida aun estando hospitalizada.

· A quienes nos habeis ayudado con los papeleos, tramitando los informes, las entregas, los certificados... todo lo necesario.

· A quienes tuvisteis el "privilegio" de tenernos en vuestra ciudad mientras pasábamos por ese trago, y pasasteis por el hospital de visita, o algo más. Especialmente a cierta prima... :)

· A quienes, desde la distancia, y con toda la cautela del mundo, nos pasabais información médica en la desesperación, o tratabais de infundarnos paciencia cuando se acababa.

· Y, por supuesto, a todos los que, vía telefónica, de una manera u otra, os interesabais por la situación, y nos mostrabais vuestro apoyo.

Todo esto habría sido mucho más duro sin vosotros. Y, aunque sé de uno que me va a decir que me equivoco (porque ya me lo ha dicho una vez), sigo pensando lo mismo: tenemos unos amigos que no nos los merecemos.

Gracias!!!

"Que mal funciona Osakidetza"

Parto de un principio: en esta vida no existe lo que es totalmente desastroso, ni lo que es totalmente perfecto, y siempre nos movemos en una cuidada escala de grises. Por tanto, a la hora de saber si algo funciona bien o mal, como nunca va a ser perfecto del todo, ni un desastre del todo, nos tenemos que mover siempre comparativamente.

En Euskadi parece que siempre estamos de precampaña, pero realmente va a haber elecciones en breve. Y, seguro, sin el más mínimo asomo de duda, que algún político saldrá hablando de lo mal que funciona Osakidetza. A ese, sin duda, yo le castigaría a pasar un día con un problema de salud medianamente serio en Valencia.

En casa, con alguien que se despierta un domingo con la pierna hinchada y amoratada, habríamos ido al servicio de urgencias del ambulatorio de Deusto, donde, después de que el administrativo de la entrada tome nota, en pocos minutos (en mi experiencia, nunca más de 20) el médico nos llama por el nombre para pasar consulta. En caso de que la cosa sea medianamente seria, nos enviaría al hospital, donde, después de que el administrativo de la entrada tome nota, y los técnicos de enfermería registren las constantes, en pocos minutos un médico hace una primera evaluación de la situación, para, dependiendo del problema y de la gravedad, asignarle una prioridad, unas pruebas, y, cuando se puede, un tratamiento. Esto, ahora sí, puede tardar varias horas, porque en Urgencias es sencillo que alguien esté más grave, haya que atenderle con más urgencia, o las pruebas lleven más tiempo.

En Valencia, al despertarnos con la pierna hinchada y amoratada, lo primero que hicimos fue llamar a Osakidetza para que nos indicaran que hacer. Nos dieron el telefono del Servicio Valenciano de Asistencia. Al llamarles, nos indicaron que fueramos al centro de atención Serrería II, junto a la antigua estación de Cabanyal. Al llegar, la administrativa de la entrada tomó nota, y nos asignó un número. El médico no llama por el nombre. Curiosamente, tampoco por el número. La cosa funciona como en las antiguas pescaderías: hay que preguntar quien tiene el número anterior, y estar atento para entrar después, porque, además de que no llaman, si se te pasa el turno te ponen el último. Total, dos horas esperando para que nos viera el médico.

Viendo que la cosa era seria, nos envió al Hospital Clínico, con un volante de urgencia. Según llegamos, a la jefa le sentaron en una silla de ruedas, y le emtieron en una zona en la que no podíamos estar los familiares. Cuatro horas estuvo aparcada en un pasillo hasta que le vio el médico. En total, desde que fuimos al ambulatorio, hasta que le pincharon la primera dosis de heparina, pasaron 11 horas. 11 horas que pueden ser preciosas para su recuperación... como estamos viendo ahora en la UCI una semana después.

Lo que es curioso es que, mientras que los profesionales de enfermería le animaban, le consolaban en sus llantos (de dolor por la pierna, de rabia por no ser atendida, y de desolación por estar sola a 700 km de casa), y le decían que debería poner una queja porque no es normal que no te vea un médico en 4 horas, el celador que, despues de 13 horas en urgencias, por fin le llevaba a observación, se permitía el lujo de hacer bromas: "No os quejeis, que tenemos el segundo mejor sistema de salud del mundo". Releche! Pues como será el tercero! Es que nosotros debemos venir del primero...

Annus horribilis 2008

Empieza el año: H. sufre una embolia. Un susto enorme para toda la familia. 2 señamas de hospital

Finales de enero: me llama I. con mucho susto: su padre está siendo operado de urgencia de digestivo. Operación quirúrgica muy peligrosa, varias semanas de hospital, cambio radical de vida.

Marzo: el opel agila, después de 4 años de irregular servicio, rinde final de trayecto e el km 15. de la AP-68

Mayo: A. ingresado en el hospital por peritonitis. Con el agravante de que, en las tres semanas que duró la hospitalización, se perdió la primera comunión de su primogénito.

Agosto: fallece el padre de D.

Septiembre: la jefa se queda sin trabajo. Con lo que ello supone par la economía familiar.

También septiembre: P. Sufre un grave episodio de desorientación que le lleva al hospital.

Octubre: P. de nuevo, en una revisión cardiológica programada tras las semanas de hospitalización anterior, sufre un infarto. De lo malo malo, en el mejor de los sitios posibles par tenerlo: la consulta del cardiologo. De nuevo, dos semanas hospitalizado.

Noviembre: la jefa, durante un viaje a VLC, sufre severa hinchazón en la pierna, y le detectan un trmbo. Larga hospitalización con el agravante de estar a 700 km. de casa.

Si sumamos que los trabajos de I. y J.N. también están en la cuerda floja, los problemas de salud de la compañera luna, los sinsabores del asociacionismo, y la presion laboral que generan las nuevas legislaciones, el resultado es desolador.

Quiero celebrar la nochevieja el 15 de noviembre para ver si así termina antes el año, y con él las desgracias... aunque, siendo sincero, miedo me da publicar esta lista. Porque siempre hay margen para empeorar, y aun quedan casi 2 meses de año.

Y otra rondita de hospitales

Lo voy a contar en pocas palabras, por si a alguien le ha sorprendido el comentario de Luna en el post anterior, peguntando por mi señora.

Estamos en Valencia, ingresada ella en un hospital por una dolencia circulatoria que nos impide volver a casa, que es lo que tendríamos que haber hecho hace días.

Es posible que tardemos aun unas semanas en volver. Auguro pocas entradas nuevas en el blog hasta enonces.

Desvíos de tráfico

Cuando la Diputación diseño el enlace de Alonsótigi, no se planteó como un único enlace, sino como dos semienlaces: uno en Zorroza, y otro junto a Artigas, el primero con los accesos dirección norte, y el segundo con los accesos dirección sur. Esto, en principio, puede parecer buena idea, dado que simplifica (evita encarecer) una obra que ya de por sí era una 'autovía de montaña', y el perjuicio para los vecinos no va más alla de tener que hacer un kilómetro por la antigua carretera, en lugar de por la nueva autovía.

El problema llega cuando empiezan las obras de la nueva autopista SuperSur, que cruza el corredor exactamente en el kilómetro entre los dos semienlaces. Durande unos días es necesario cortar la carretera antigua, y desviar por el corredor nuevo, y entonces... qué pasa? Que en el semienlace sur no hay acceso para ir hacia el norte, y en el semienlace norte no hay acceso para ir hacia el sur. Qué se hace? Para ir en dirección norte, se coge el corredor en dirección sur, se avanzan en dirección contraria 4km hasta la siguiente salida, en ella, se cambia de sentido, se desanda lo andado, se pasa la zona del corte, y como en el lado norte no hay salida hacia el norte, pues se avanza hasta la siguiente salida, en la que de nuevo se hace otro cambio de sentido, avanzando por el corredor en sentido sur hasta llegar a la salida que, ahora sí, hay que coger, para seguir en sentido norte. Complicado, verdad?

Pues, evidentemente, en sentido contrario, pues lo mismo pero al revés.

Pues con todo este lío, el autobus tarda unos 20 minutos más en hacer su recorrido habitual. Me da la sensación de que feve va a ganar unos cuantos viajeros estos días.

Lotería de Navidad

Ya va llegando la época de la lotería de Navidad. Esto quiere decir que aun faltan 2 meses para el sorteo, que ya se lleva vendiendo 3, pero que ahora es cuando más o menos la gente y las asociaciones enpiezan a ser conscientes de lo que nos va cayendo encima.

Por qué la gente juega a la loteria de Navidad? Es evidente que juega mucha más gente que cualquier otro sorteo del año, cuando el premio es menos que un bote un poco bueno de la Bono Loto, o, desde luego, bastante menos que los Euromillones. La respuesta es muy sencilla: es una combinación de envidia y sentido del ridículo. Cuando en la empresa te mandan una circular que dice: "Este año el número del Departamento va a ser este", todo el mundo se tiene que lanzar a comprarlo, porque... claro, casi seguro que no va a tocar, pero... y si toca? Se va a forrar aquí todo el mundo menos yo? Y con qué cara voy yo luego a trabajar?

El otro motivo es que la lotería de Navidad, para las asociaciones pequeñas, es una fuente de ingresos, en algunos casos muy importante. Se sacan a la venta participaciones, en las cuales, además de lo jugado, se incluye en el precio un pequeño donativo para la asociación en cuestión. La propia asociación juega una parte (por si acaso), los socios juegan prácticaqmente todos (como van a forrarse todos menos yo), y se reparten participaciones entre amigos y conocidos, casi como un chantaje. Uno se ve obligado a comprar, en ocasiones porque, cuando sacas la de tu asociación, siempre hay alguien que saca la del club de baloncesto de su hermana, y, claro, quid pro quo...

A todo esto... tengo para vender lotería del Orfeón San Anton y de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao, por si alguien quiere... ;)