La normativa no está diseñada para situaciones límite. Cuando se juntán un cúmulo de circunstancias... bufff...
Por ejemplo: quienes vivimos en un pueblo, tenemos un acceso limitado al ambulatorio, porque tieneun horario muy corto. Para los casos urgentes fuera de horario, tenemos una cadena de sustituciones, que es diferente a cada hora. Para los análisis de sangre, un mensajero del hospital pasa por nuestro ambulatorio de mañana, recoge las mustras, y manda de vuelta los resultados (por fax) a mediodía. Lo mismo para la farmacia: si por lo que sea, fuera necesario algún medicamento que no tienen, se les encarga por la mañana, y lo reciben par la tarde. En principio, parece que está todo bien servido... y así es.
Salvo cuando se acumulan las circunstancias. Se hace el análisis de sangre a la mañana, llega el resultado a las 2 de la tarde, y es negativo: hay que seguir con la medicación. La farmacia está ya cerrada. Cuando abre a la tarde, si hacemos el pedido, ya no llega en el de la tarde: llega al día siguiente. Y entonces?
Las dos veces que me ha pasado esto, o parecido, me he dedicado a echar un ojo a la web oficial del colegio de farmaceúticos, y llamar, farmacia a farmacia, hasta encontrar una que pudiera proveernos... o, más exactamente, una que tuviera pedido más tardío, y al que llegaramos a tiempo.
La pregunta es... y si no se encuentra? Si necesito una medicación y la logística hace imposible conseguirla? Evidentemente, lo pregunté en una de las farmacias. Para esos casos, hay un servicio específico en los ambulatorios / hospitales de urgencia.
ME alegro de no haber tenido que llegar hasta la última frontera.
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