martes, 25 de noviembre de 2008

Vivir en un pueblo

Cuando se vive en un pueblo pequeño, se sabe que va a haber un déficit en los servicios, que no pueden ser los mismos que en la capital, pero también que no se va a dar el efecto de "estoy rodeado de gene pero solo" que a veces llaman la soledad de las masas. La gente se preocupa por ti, para lo bueno, y para lo menos bueno.

Lo menos bueno (y no lo califico de malo porque no es para tanto, en ocasiones es hasta divertido) es la pérdida de intimidad. Mientras que en la capital a todo el mundo se la pela lo que hagas, en el pueblo la gente te mira con interés. Al principio cuesta acostumbrarse, pero no es malo, lleva a situaciones entretenidas. Como el día que nos adjudicaron dos hijos estando de compras ("un niño rubio y una niña morena"), o el día, volviendo de VLC, en que a la jefa le adjudicaban, ora un infarto, ora un aborto.

Lo bueno es que, al tener la gente tan cerca, están ahí para ayudar cuando es necsario. Ayer, en la gasolinera, despues de repostarme, me dijeron:
"Y ahora, vete para casita, eh?"
"Pues?"
"Han estado aqui los de protección civil, y viene una granizada enorme"
Anda que me iban a avisar así en la capital...

1 comentario:

luna llena dijo...

tu es k eres nuevo en esto de vivir en un pueblo jajaja yo he estado muxos años, y ahora...lo añoro!! casi hasta k las vecinas se asomen a la ventana pa ver a k hora llego a kasa...besos a pares