Desde que vivimos en un pueblo, tomar alguna copa un sábado a la noche implica, o bien pagar un mínimo de quince eurazos de taxi, o llevar el coche, implicando que uno no conduce.
Desde que el trombo de la jefa no permite que ella de conductora sea la mejor opción, me he acostumbrado a ser el taxi social de la cuadrilla, perdiendo la oportunidad de tomar una copa de ron de vez en cuando.
Anoche fue totalmente distinto. Un amigo está con gripe y medicándose para ello. Medicación que es compatible con la conducción pero incompatible con el alcohol. De manera que anoche, para variar, pude tomarme un par de combinados de ron. No demasiado, pero me supo muy bien.
Pero bueno, quiero que mis prioridades queden totalmente claras: me gusta tomar un poco de combinados de ron, no demasiados, y seguro, segurísimo, sólo si no me toca el coche
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