Despues de los pimeros 10 días de dieta, y de unos dos kilos perdidos, ha llegado un momento de ansiedad (cuando reventó el ordenador el otro día), y la primera prueba seria. Prueba que, sin haber sido un éxito, tampoco ha sido un completo fracaso.
El tema es que la ansiedad siempre invita a comer, intentando llenar con comida un cierto vacío que, realmente, es exclusivamente anímico. Esta vez, el episodio ansioso se h saldado solo con 200 g. de queso muy curado, al romero, que aun estaba en casa de la cesta de navidad. Así que ni tan mal...
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