Ha sido un fin de semana intenso, con un montón de actividades de lo más variopinto. Recuperar el noble arte de cacharrear con hardware, reinstalar sistemas operativos, hacer ejercicio, dormir poco, recordar lo que era jugar al Final Fantasy VII: Crisis Core en la PSP, pasar por San Mamés en un partido vibrante pero que acaba bien, ir de fiesta con dos buenos amigos (que acabaron bastante mal, todo hay que decirlo ;) ), hacer una de canguro con el sobrino pequeño (un abrazo de un niño de 2 años lo cura todo)...
Y, a pesar de todo, acabe el domingo a la noche muy triste y sin poder dormir. A ver qué tal se da el lunes...
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