Vas por autovía, tranquilamente, a 120. Correctamente dentro del límite. Te acercas a un tunel. La señalización vertical a la entrada te dice que es recomendable ir a 80, pero que la limitación es 100. Vale, pues bajo la velocidad hasta 100. Entro en el tunel, a la velocidad correcta, y una vez dentro me encuentro, ya en medio del tunel, las señales luminosas de dentro... ¡marcando 80! ¿En qué quedamos?
Otro caso. Te incorporas a una autopista. Como es una incorporación, te pones a 120, la velocidad genérica de la vía, en no habiendo señalización en contra. Sin embargo, resulta que los que venían ya por la autopista, tenían una limitación a 80, que no tenía su correspondiente señal de fin de limitación. Por tanto, el mismo tramo parece tener diferentes velocidades máximas: 120 para quienes se incorporan, 80 para los que ya estaban dentro. Y eso no puede ser.
Tristemente, no me he inventado estas situaciones tan límite que pueden dar lugar a sanciones injustas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario