Una doctora prepara un informe a petición de otro médico para un trámite administrativo. Esta primera doctora, tras analizar los informes presentados, y estudiar al paciente, le comenta que no hay ningún problema, que está todo muy claro, que el informe es el necesario, que no le va a volver a citar, que todo bien, y que a la potestad del médico de cabecera, que es quien le conoce y reconoce habitualmente.
Semanas despues, el informe llega a manos del médico que lo necesitaba originariamente, y éste cita al paciente. El informe es negativo. No presenta los resultados que eran necesarios. El paciente, asombrado, comenta "pero si me dijo que estaba todo bien". "Ya", contesta el otro médico. "Lo hacen mucho. Comentan que todo bien, aunque luego tengan que hacer un informe negativo, porque así no se enfrentan. Total, ya damos la cara nosotros".
De manera que yo a la primera doctora le comento: Eres una mala pécora cobarde y mentirosa. Si no tienes los huevos necesarios para dar a los pacientes las malas noticias que, en virtud del derecho a la información, estás obligada a darles, deberías dejar tu puesto de empleada pública a alguien que de verdad se lo merezca, porque lo que es tú, mentirosa cobarde, no vales para esto. Nos has causado un gran daño, y si no fuera porque la maquinaria de la burocracia te proteje, ibas a pagar por ello.
Porque esa es otra: esta hija de la gran puta que se ha descojonado del paciente a la cara, está totalmente protegida para salir impune. El paciente no sabe quien es, no conoce su identidad, no puede reclamar nada. Aunque pudiera, a ver quien demuestra que ha mentido. Y encima, si en un arrebato de justificadísima ira, el paciente le suelta dos hostias bien dadas, se considera atentado.
¿Qué nos queda contra esta gentuza de impresentables que se hacen pasar por profesionales para seguir exprimiendo la teta de nuestros impuestos?
1 comentario:
Grande chaval, muy grande !!! Opción de despedir a funcionarios YA, Sr Zapatero !!! (O Sr quién esté en cada momento, porque ninguno lo ha planteado)
Yo iba a buscarla y le cantaba las 40. No se puede cobrar ni un centimo y tener tal pasividad ante una responsabilidad tan importante.
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