Mañana es la festividad de la Virgen de Agosto, la Asunción. Y, aunque no es el día de la Virgen de Begoña, sí es el día en que tradicionalmente los vizcaínos peregrinamos para visitar a nuestra Amatxu.
La peregrinación, en mi vida, la he hecho ya varias veces: desde mi antigua casa de Bilbao, que no tenía mucho mérito porque vivíamos en el mismo barrio; desde casa de un amigo en Barakaldo, acompañandole en su propia peregrinación familiar.
Pero aun no había tenido ocasión de llevarla a cabo desde mi propia casa. Así que va a ser esta noche cuando nos calcemos las botas y los chalecos reflectantes para irnos de peregrinación...
Ha sido una decisión de última hora, tomada al ver a los romeros que, a esta hora, ya han empezado su periplo desde otros pueblos de Vizcaya más alejados. Y hemos cancelado otro plan asimismo tradicional que también teníamos: un poteo en CAstro, coincidente con la famosa 'procesión de las Velitas' que, también en honor a la virgen, recorre las calles de poteo... a la hora en que se está poteando.
Creo que físicamente no tendremos problema en andar 12 km... aunque sea con sueño arrastrado. Y, bueno, es algo que debemos... aunque, obviamente, no convalida la que tengo pendiente a Santiago.
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