Creo que ya había contado cómo una de las tradiciones de nuestra relativamente reciente familia es subir, una tarde de noviembre, a las Estacas de Trueba, a ver cómo la diferencia de altura hace cómo se hacelere el paso del otoño al invierno. Como el año pasado fue imposible, este año, para compensar, hemos subido con cámara para inmortalizar el asunto:
Este es el tipo de colores otoñales que venimos a buscar cuando hacemos este viaje. Conforme vamos subiendo, se ve menos verde y más rojo:
Viendo el coche aparcado, y con los colores del otoño tan vivos, no he podido evitar sacarla. Parece un anuncio!
En un momento dado, subiendo hacia el puerto, nos hemos desviado un poco hacia la izquierda, en dirección al nacimiento del río Trueba, para llegar a una campa tranquila, donde Mendi ha podido estar un rato suelto, y correr a gusto.
Y esta es en lo alto del puerto, dejando atrás el otoño, y llegando el invierno. Aunque parezca mentira (y no os molesteis en mirar los datos EXIF porque la hora de la cámara está sin actualizar después del cambio de hora de la semana pasada), son poco más de las cinco de la tarde. Pero está totalmente oscuro: este año el invierno no se ha manifestado, como otros, en forma de nieve, sino de una espesa y tremendamente oscura niebla. Conduciendo, no se veía a un metro de distancia... y en la zona no hay cobertura de telefonía móvil... como para asustarse, vamos.
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