Me había ilusionado mucho con un viaje que, a última hora, salió para semana santa. Realmente, habíamos tenido muchas dudas para esos días, muchos planes que podían salir pero que no, y al final no quedamos en nada, hasta que, casi de la nada, surgio este. Y me ilusioné. Hoy, dos días antes, y sin tiempo para preparar nada alternativo a precio decente, se ha cancelado. Y me siento muy decepcionado. Si es que no puede uno ilusionarse...
Y luego, vienen todas seguidas. Hemos intentado ir a comer a un sitio, y lo hemos encontrado cerrado. Hemos ido a otro, donde llevabamos tiempo sin ir, y hemos encontrado que el servicio ha caido muchísimo. He querido comprar un monitor nuevo para el ordenador, y resulta que el que cumple las especificaciones que necesitamos se pasa en un 50% del precio que esperábamos. He ido al futbol, y se ha puesto a llover espectacularmente. Sólo he aguantado el primer tiempo bajo el chaparron.
Menos mal que el día ha acabado bien, con un cafecito caliente, viendo el regreso de flashfoward, y el final del partido (con victoria del Athletic incluida) en GolTV...
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