Ayer quería seguir haciendo un poco ejercicio para quitar las agujetas que provocaron los 18 km del lunes, pero al final el día se torció (de muy mala manera) y me fue imposible hacer al menos 10 km para desentumecer. Lo que sí pudimos hacer fue apuntar a la jefa en el servicio municipal de préstamos de bicicletas (yo ya lo había hecho el 20 de noviembre), y así irnos a dar un paseito por el bidegorri del campo volantin.
No estuvo mal. Salvo el encuentro con un cazurro, que se saltó un semáforo, empezó a recriminarnos que nosotros no respetábamos las normas (curiosamente estando parados ante la luz roja del semáforo), dejó al perro suelto, y, al comentarle que las normas también dicen que el perro tiene que ir atado, empezó con amenazas, y se lanzó a pegarnos. Menos mal que se puso en verde el semáforo en el momento justo para irnos...
_
No hay comentarios:
Publicar un comentario