Me llamó la atención que el Ayuntamiento de Barakaldo, junto a las txoznas, montó una carpa para concienciar de los peligros del alcohol para conducir, haciendo pruebas gratuitas de alcoholemia. Lo curioso es que, por supuesto la persona designada para conducir esa noche (que dió un cero de lo más absoluto), pero también los demás después de dos copas, nos marcaba por debajo del límite legal para conducir... aunque, evidentemente, no lo hicimos.
De todas formas, con las facilidades que ponen, no entiendo de donde salen elementos como este.
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