Anoche, noche del 14 al 15 de Agosto, de nuevo nos cruzamos por la carretera, llegando a casa, con peregrinos que iban donde la Amatxu de Begoña. Igual que el año pasado, con una pequeña salvedad: que este año, a cuenta, entre otras cosas, de la gripe que llevo encima, no nos ha parecido viable cogernos el chaleco reflectante y la linterna, por más que apeteciera.
Curiosa me ha parecido la actitud de un romero que, al pasar nosotros en sentido contrario con el coche, totalmente respetuosos con los caminantes (como no puede ser de otra manera, con lo que ando yo!), yendo despacio, separandonos mucho, con un destello de saludo y ánimo... Y se nos pone como loco a hacer aspavientos. Le molestaría que existieramos?
Y como detalle final, y ya que hablo de peregrinaciones, comentar que han modificado el trazado del Camino de Santiago de la Costa a su paso por Castro, y ahora se va por el mismísimo Paseo Marítimo. Y cuantśima gente se ve peregrinando! Va a ser que es Año Santo. Pues no quiero ni pensar cómo está el Camino Francés!
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