Con un pequeño susto: al entrar a usar el baño público de la dársena de Portu en Barakaldo, se cierra la puerta... y descubro que por la parte de dentro no hay manilla. Y que no se puede salir. Menos mal que pasaba gente por fuera, y con un par de golpes me abrieron. Y que, de todas formas, si no me hubiera oído nadie... tenía el teléfono para llamar a los municipales...
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