De nuevo hemos vuelto a subir, este año también, a las Estacas de Trueba para ver la transición entre el verano, el otoño y el invierno. Y la sensación... que hemos subido demasiado pronto. O más concretamente, que el otoño se ha retrasado un poco, dado que no había mucha transición entre el verde de las zonas bajas y los ocres de las altas, menos ocres que otras veces. Y, desde luego, arriba, nada de invierno. Fresquete, sí (pasamos de 22ºC a 9), pero tanto como invierno no. Nada que ver con las nevadas o la cerrada niebla de otros años.
Aun así, eso no nos ha impedido sacar alguna foto chula...
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