Son curiosos estos días de octubre. Aún hace calor, y cuando salgo de casa a las 7 de la mañana voy en camiseta. Pero ya han avanzado los días, de manera que aún es noche cerrada.
Voy a coger mi regional, y según llego a la estación, un cercanías la ha vaciado. Estoy sólo en la estación con el factor de turno. Tiene su punto de melancolía otoñal.
Durante los 10 minutos que tengo que esperar la estación se va llenando de nuevo. Principalmente, chavalería que va al instituto.
Cuando por fin avisa la sonería del pasó a nivel de que llega el tren, parece que quiere empezar a amanecer, se ve alguna luz en el cielo.
Llega el carranzano. Un ikea. Nos vamos!
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