Este gamberrete al que se le ve tan contento es Cotton. El mismo día que Mendi enfermaba, él aparecía abandonado en Santa Marina. Los veterinarios calculan que tiene, aproximadamente, año y medio, y desde luego, tiene energía casi como de cachorro.
Aun cabe la posibilidad de que aparezca el dueño, pero para que no esté en una perrera, lo tenemos acogido en casa. Los primeros días lloraba mucho, pero ahora ya se está acostumbrando a nosotros, y aunque sigue siendo un mañoso, y anda continuamente pidiendo caricias, los vecinos nos dicen que ya no llora cuando se queda solo en casa.
De hecho, ya come el pienso que le damos (los primeros días no quiso, y aun se divierte echando bolitas por la cocina antes de comérselas), se entretiene con los juguetes de Mendi (agarra una pelota, corre como un poseso a la otra punta de la casa, la tira al aire, la vuelve a coger, y otra vez como un poseso a la otra punta de la casa), y ya hemos descubierto que le gusta el agua.
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Aun cabe la posibilidad de que aparezca el dueño, pero para que no esté en una perrera, lo tenemos acogido en casa. Los primeros días lloraba mucho, pero ahora ya se está acostumbrando a nosotros, y aunque sigue siendo un mañoso, y anda continuamente pidiendo caricias, los vecinos nos dicen que ya no llora cuando se queda solo en casa.
De hecho, ya come el pienso que le damos (los primeros días no quiso, y aun se divierte echando bolitas por la cocina antes de comérselas), se entretiene con los juguetes de Mendi (agarra una pelota, corre como un poseso a la otra punta de la casa, la tira al aire, la vuelve a coger, y otra vez como un poseso a la otra punta de la casa), y ya hemos descubierto que le gusta el agua.
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