Empezar bien un día tan bonito como el de ayer a veces tiene cosas sorprendentemente buenas. Por ejemplo, poder terminarlo bien, viendo un atardecer chulo, con esas sensaciones que se dan en una ciudad que empieza a dormitar cuando todavía queda algo de luz, cuando la luna está baja en el horizonte y se ve grande, el lucero de la tarde brilla y todo se relaja. Hasta parece que la ciudad huele mejor. Y todo esto, mientras se da un paseíto:
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Concretamente, 6km y medio, en un poco menos de 2 horas, por el centro de Bilbao, en grupo...
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