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Dedicado con mucho cariño (nótese la fina ironía) al cabronazo desgraciado que manda a pasear a su perro pastor belga agresivo, suelto, con el crío de 12 años que no tiene ni capacidad ni interés en controlarle, y se dedica a atacar perros por el camino. A Cotton le hizo una herida en los bajos que no le arrancó los puntos por escasos 2 cm, y a Ilun, el otro perro que venía con nosotros, le echó al río, una caida de unos 3 metros, y nos costó Dios y ayuda sacarle.
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