"¿Qué le pasa a tu blog? ¿No te quedan cosas que contar?"
Esta pregunta me la han repetido ya, con pequeñas variantes, varios lectores. Ávidos de su ración de contenido, y extrañados de que haga casi un mes que no actualice nada.
"No, no pasa nada. Tengo cosas que contar, pero lo estoy posponiendo. Estos días tengo mucho trabajo, y pocas ganas...", contesto cada vez.
Creo que la culpa principal de tener pocas ganas es de un costipado / catarro que llevo arrastrando y malcurando desde hace un par de semanas o tres. Me tiene siempre cansado, y a las noches no acabo de dormir decentemente. Hasta me ha quitado de ir un día a San Mamés para evitar una mojadura. (¿Como? Pero si en el campo nuevo no se moja nadie... Nótese la fina ironía.)
Pero bueno, que ya que insistís tanto, voy a echar un esfuerzo y escribir unas pocas cosas que tengo pendientes.
Empiezo con Cotton. Ya se recuperó de su mala gana, y ahora simplemente esta más bestia que de costumbre, y está con la nariz hinchada de un golpe, y la pata sangrando por otro. Y nosotros intentando hacerle curas... que se arranca en cuanto está solo. Así es él. Pero lo más relevante, que ya estaba demasiado largo, nudoso y sucio el pelo como para poder seguir manteniendo su precioso doble pelaje tibetano, y ha habido que cortarselo.
A mi me da mucha pena verle así, pero la verdad es que a él se le nota que así está mucho más cómodo cuando corretea por el monte, se revuelca en el barro, o se tira al río.
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