Un año más, llega la noche del 14 al 15 de Agosto, y nos vamos en peregrinación a Begoña. Esta vez, como un amigo acaba de comprarse casa, no salimos de la nuestra, sino de la suya en Barakaldo.
Para darle más empoción al asunto, a la mañana un pequeño accidente doméstico me ha dejado dos dedos del pie amoratados y muy doloridos, haciéndome dudar de si debía ir o no. Pero finalmente me he animado, y contento de haberlo hecho.
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