Y es una de esas situaciones en las que todos están mal.
El primero, el árbitro, que realmente cometió en ese partido algún error de bulto. Y, casualmente (o no), cuando en algún otro partido anterior, muy seguido, también se habían cometido errores de bulto. Algunos de ellos muy relevantes.
El segundo el propio Iker, porque, aunque tuviera razón, como profesional que es, debería controlarse en esas situaciones, dado que un comentario así, ningún bien puede hacer al equipo. Esos comentarios deben hacerse donde deben hacerse, en los despachos. E insisto en el 'aun teniendo razón', porque creo que no la tenía. Este partido en concreto, a pesar de ese error de bulto, no lo había jodido el árbitro, sino el equipo, que lleva ya un tiempo con una más que preocupante inseguridad y falta de ideas en el juego. Vamos, que no juegan ni a tabas. Ni visos de cambiar...
En tercero, aquel que debería hacer ese comentario en los despachos, donde realmente puede tener efectividad para que se nos respete, y no lo hace. O, si lo hace, son efectividad, sin que consiga ese respeto que sí se tiene para con otros. De hecho, dudo que estén siquiera escuchando esta reclamación, cuando al terminar el partido, en lugar de asumir los pitos que (con razón) les vienen encima y actuar en consecuencia, ponen el himno a todo volumen para taparlos. Así nos va.
Pero, sobre todo, la organización de la competición en sí. Porque, si una actitud así implica dos partidos de sanción, debería implicarlo para todos. Y no es así. todos hemos visto a jugadores de equipos 'concretos' que pueden gesticular, increpar, amenazar, y exigir a los árbitros, sin que pase nada por ello. Y mientras ellos tengan esa permisividad, y otros no, la competición estará adulterada. Y me temo que deliberadamente.
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